domingo, 2 de noviembre de 2014

SINCRONICIDAD Y CICLOS

Karl Gustav Jung habló de "coincidencias significativas" en nuestra era moderna y explicó estos sucesos aparentemente casuales, pero que para quien los vive aparecen como de una improbabilidad casi mágica. 
Son esas cosas que ocurren "justo cuando más las necesitamos". Es el "destino" haciéndose realidad frente a nuestros ojos.

Luego, la física cuántica ha aportado más a luz explicando estos fenómenos, pero más allá de las definiciones más o menos científicas de la "Sincronicidad", creo que es algo que cada uno de nosotros ha experimentado al menos una vez en su vida.

Esa sensación de estar parado justo en medio del "ojo del huracán", la certeza absoluta de que está ocurriendo algo que es parte de algún "Plan Divino" o que es lo "que hemos estado esperando toda nuestra vida", sin saberlo.



Personalmente, me he encontrado con esta vertiginosa emoción un par de veces en mi vida, y cuando mi intuición me ha llevado a seguir el impulso de darle crédito, porque "¡esto no puede ser sólo casualidad!" siempre algo inesperadamente maravilloso hizo que el curso de mi vida girara por completo y obtuve resultados que me hicieron muy feliz.
Así me he "reencontrado" con mi compañero, con mis hijos, con mis diversas vocaciones, con lugares, con amig@s, etc.

He llegado a creer, tanto intelectual como espiritualmente, en estos llamados internos. Y aunque no siempre estoy tan lúcida como para ponerles atención, de alguna u otra manera mi "Yo Superior" se asegura de susurrarme una y otra vez al oído del alma hasta que termino por oírlos.

El Dr. Bach, creador de la Terapia Floral, dijo que "Y en cuanto a nuestra labor, cuando la encontramos, forma parte de nosotros, se hace sin esfuerzo, es fácil y se convierte en una alegría; nunca nos cansamos de ella, es nuestro hobby. Exterioriza nuestra verdadera personalidad, todos los talentos y capacidades que están a la espera de ser manifestados: somos felices y nos sentimos en casa; y sólo cuando somos felices (que es obedecer las órdenes de nuestra alma) es que hacemos mejor nuestra labor." "Se trata de averiguar y realizar la labor para la que somos aptos. Hay tantas personas que suprimen sus verdaderos deseos y se convierten en clavijas cuadradas para agujeros redondos…" 

Esto me hace reflexionar sobre cuántas veces nos apartamos del camino que nuestra Alma ha trazado para realizar el aprendizaje que eligió en esta vida, por seguir los dictados de la cultura en la cual estamos insertos o de las personas significativas de nuestra vida  y, principalmente, por dejarnos dominar por nuestros miedos más profundos. Creo que el Miedo es nuestro enemigo interno más peligroso. El miedo impide el crecimiento, es muerte.
Barbara Ann Brennan, autora del clásico libro sobre sanación energética, "Manos que curan", señala que: "El miedo es la emoción asociada con la desconexión de la realidad superior. Miedo es la emoción de la separación. Miedo es lo opuesto al amor, que se conecta con la unidad de todas las cosas".


He llegado a la conclusión que si hacemos el ejercicio de abstraernos de todos los prejuicios heredados y adquiridos a lo largo de nuestra vida podremos comenzar a vislumbrar quienes somos realmente, debajo de los disfraces que usamos para representar la continua obra de nuestras existencias.

El origen de los prejuicios siempre es la ignorancia, y la ignorancia nace siempre del Miedo. El Miedo a lo desconocido, a lo nuevo, a "no pertenecer", a la soledad, a perder lo que nos ha costado esfuerzo conseguir, a comenzar de cero y un largo etcétera.

Siempre que mis miedos me amenazan desde las sombras me obligo a recordar la "Alegoría de la caverna" de Platón. Y a no temer ser considerada demonio ni tampoco ángel. 

Pero casi siempre me lleva un largo tiempo, y lo que más me cuesta cada vez es atreverme a llevar a cabo mis planes, a poner en marcha mis proyectos, a materializar las creaciones. Y a oír la voz de quienes pueden ver más allá de mis limitaciones porque me aman lo suficiente.


Una de las virtudes de atrevernos a escarbar en nuestras profundidades, es que terminamos por conocer y aceptar como parte nuestra ese "lado oscuro" que todos tenemos y entendemos contra qué estamos batallando.

Siento que la única forma de pasar por esta vida sin "crucificarnos" a nosotros mismos después de cada error, es tener claro cuáles son esos "demonios" que surgen cada tanto (en el caso de las mujeres, esto es cíclico y coincide con una clara fase de nuestro Ciclo Menstrual) del Inframundo de nuestra Psiquis para ayudarnos a crecer.

Hace ya bastante tiempo que empezó para mí este "caminar hacia adentro", que ha implicado deshacer el antiguo camino aprendido. Entretanto, he descubierto que ser Mujer significa mucho más que llevar el yugo de la postergación y la obligación de reivindicar al género para conseguir la anhelada igualdad, después de tantos siglos de patriarcado. 
En este proceso he aprendido a sentirme, a amarme, a vivirme por completo; sin complejos, sin etiquetarme a mí misma, dejándome sorprender por lo sagrado que reside dentro mío y reconectándome con lo que tantas generaciones atrás mi linaje perdió.

Me atreví a despojarme de la armadura de "modernidad" que me había construido para mantenerme a salvo de la arrolladora competitividad del mundo en el que me movía. Y descubrí que soy cíclica, como todas. Que mis ritmos me llevan por distintas sendas cada vez, que me pierdo y me vuelvo a encontrar más allá de mis propios límites.

Sé que no estoy ni remotamente cerca de alcanzar mi meta, pero al menos ya he aprendido a detenerme y a disfrutar el trayecto, aunque no siempre lo logre.
También he dejado de juzgarme tan duramente y he comenzado a tolerar los vaivenes de mi interior como la playa tolera las subidas y bajadas de la marea. 
En mi caso, reconciliarme con "todas las mujeres" que conviven en mí y que se manifiestan durante las distintas fases del mis propios ciclos, me ha dado una paz interior indescriptible. He dejado de esperar ser siempre la misma y he dejado de luchar por alcanzar el "modelo de perfección", impuesto en mi mente por la cultura y mi natural autoexigencia, nacida del miedo a no ser amada si me equivoco.

Y en ese proceso, he descubierto que tengo mil voces y que todas ellas me hablan desde lugares recónditos que puedo ir a buscar cuando quiera, porque todos están dentro mío y saben exactamente hacia donde debo dirigirme para aprender mi lección personal en esta vida. http://nomadecreatividadfemenina.blogspot.ch/2012/08/simplemente-mujer.html


A continuación les dejo una lista de algunos libros que me han llegado cuando estaba lista para captar su mensaje y que quizás les sirvan también a ustedes:

- Cuerpo de Mujer, Sabiduría de Mujer. Christianne Northrup.
- Luna Roja. Miranda Grey.
- Mujeres que corren con los lobos. Clarissa Pinkola Estés.
- Las diosas de cada mujer. Jean Shinoda Bolen.
- El Asalto del Hades. Casilda Rodrigañez.

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