jueves, 7 de marzo de 2013

CREAR Y CRIAR

Imagen del Libro "Trilogía DVDs Nacimiento sin violencia,
F.Leboyer, Gaia Ediciones 2010"
Tod@s l@s que se enfrenten a la difícil tarea de ser Madre o Padre se darán cuenta al poco andar, que todas las frases cliché que han oído en su vida acerca de ello, se hacen realidad ante sus ojos una y otra vez. Que "todos los sacrificios valen la pena", que "no se enseña en ningún lado a ser Padres", que "no hay Manual que se aplique a todos los niñ@s", etc., etc.

Lo cierto e ineludible es que todo lo que se haya sabido acerca de la Niñez se diluye como agua entre los dedos cuando debemos aplicarlo a nuestros hij@s. 
Aunque seas experto en el tema desde la Medicina, la Educación, la Psicología, o el área que sea, te quedarás varado en la playa cual ballena si sólo tratas de aplicar tus "conocimientos" académicos en esta cuestión.
Si ignoras el torrente de sensaciones, emociones y la enorme cuota de intuición que la Mate-Paternidad requieren, te vas a hundir de a poco en un mar de desesperación e impotencia.
No hay recetas aquí, ni la de Mami o la Abuelita, ni la del Doctor/a, ni la de la/el mejor Amig@. 
Ninguna de esas vale y lo más saludable, a mi parecer, es ni siquiera tratar de aplicarlas.

Pero, ¿que hacer entonces? 
Una opción es evadirse aumentando las responsabilidades laborales, como hacen tantos, y traspasar por completo el cuidado y la crianza a otros más "preparados" o con "más experiencia" (guarderías y familiares). 
También se puede ir al otro extremo y caer en la paranoia de dañar a los hij@s al repetir patrones dañinos, lo que lleva a absorverse en la tarea de la Maternidad o Paternidad, al punto de anular todas las otras áreas de la persona.
Sin embargo, creo que hay una opción intermedia más saludable y que dice relación con tomar lo que nos haga sentido de los viejos consejos y también de lo que hay de nuevo en materia de crianza, pero sin perder nunca el norte respecto de quien/es está/n criando y a quién. 
Es decir, saber en primer lugar quiénes son nuestr@s hij@s, qué les gusta y que sienten y tener presentes las particularidades de nuestra situación familiar y social. No siempre podemos calzar en los moldes.
Lo complejo es lograr el balance entre el respeto hacia la individualidad de nuestr@s hij@s y la tarea de enseñarles normas y pautas de convivencia. 
Ello requiere tiempo, paciencia y dedicación. Optar por ser Madres y Padres comprometidos no se limita sólo a ejercer un rol prefijado e ideal, sino que implica moldearse, adaptarse y crear cada día. 

www.themandalajourney.com
Quizás a veces lo más adecuado sea, simplemente, darse un respiro de tanto consejo, recomendación y pautas externas. 
Cuando parezca que se naufraga irremediablemente, por qué no preguntarle a nuestro "Interior Sabio" (que todos lo tenemos escondido por algún lado), ese que se conecta fugazmente con la Sabiduría ancestral de todas las Madres y Padres antes que nosotros.

Aunque suene como un ejercicio algo "chamánico" no es tan complejo. 
En los momentos de duda, culpa y desesperación, probemos cerrar los ojos e imaginarnos en el regazo de nuestra propia Madre, Abuela, Padre o quien sea que nos haya provisto de esa sensación de completa e infinita protección. 
Si existe ese alguien será fácil evocarlo. Si no lo hay, podemos crearlo. Tomamos el amor más puro e infinito que hayamos sentido por nuestros hij@s y tratamos de sentirnos nosotros envueltos por él. Luego de un rato, la seguridad volverá a nosotros.

Recuerdo que cuando nació nuestro hijo hace cuatro años, su Padre y yo, por razones laborales y familiares de nuestros cercanos, nos encontramos muy solos en sus primeros meses de vida. Teníamos mucha ayuda "profesional" a disposición pero ninguna calidez de "Tribu".
Eso sacó de nuestro interior todo el conocimiento guardado allí durante milenios de evolución humana y la información útil contenida en libros, blogs y demases, que había leído con tanto ahínco los meses previos, se hizo irrelevante ante la mirada despierta y arrobadora y ante la energía irrefrenable de ese pequeño Ser.
Muchas veces durante sus primeros llantos, antes de aprender a descifrarlos, me quedaba mirando fijo a mi Bebé y le rogaba desde el fondo de mi alma que me hiciera sentir, de alguna manera, como podía ayudarlo. De alguna mágica y misteriosa forma, al cabo de un rato, encontraba la respuesta por mí misma.
Quizás hubiese sido más fácil poder preguntar a una Madre, Hermana mayor, etc., pero hoy agradezco esa soledad no buscada, porque me hizo aprender más que toda mi formación académica junta.

En ese momento no había leído a Frederick Leboyer, el médico-místico que en los 70 y 80 revolucionó el mundo de la medicina occidental, reivindicando la vuelta a lo natural en lo que se refiere al nacimiento y al primer contacto con el mundo del recién nacido. 
Él dijo que "Ser cargados, acunados, acariciados, tocados, masajeados; cada una de estas cosas es alimento para los niños pequeños, tan indispensable, si no más, que vitaminas, sales minerales y proteínas."
Mi instinto me llevó a las mismas conclusiones que a Leboyer y tuve la oportunidad de dar rienda suelta a esas intuiciones profundas, sin mayores "intervenciones expertas". 

Hoy las palabras de Leboyer nos parece una obviedad absoluta, pero lo cierto es que cada vez los Padres y Madres destinan menos tiempo a ello.
Aunque se ha avanzado una enormidad en deshacernos del daño que le hicieron a generaciones completas los "profesionales de la crianza" en décadas pasadas, aún quedan huellas profundas en nuestras sociedades "modernas". Todavía rondan por ahí métodos para evitar, anular o neutralizar algo tan natural y saludable como el llanto de los bebés (su única forma de comunicarse, por lo demás) y desesperados e ingenuos Padres primerizos que caen en sus garras. 
Luego vienen una serie de "recomendaciones" anti-apego durante las siguientes etapas de la vida de los niños pequeños, para "disciplinarlos", que aún tienen muchos adeptos. 
Van desde métodos para que coman, duerman solos, hagan pipí programadamente como computadores, etc, etc.
www.themandalajourney.com
De todas mis últimas lecturas sobre crianza con apego, me quedo con el siguiente párrafo tomado del libro "Educar las emociones. Educar para la vida", de Amanda Céspedes Calderón (Ediciones B, 2008, Chile). "Como queda claro, es el apego el guión relacional que dará la base para las vinculaciones futuras y sentará al mismo tiempo los cimientos para construir la confianza básica, un sentimiento profundo de fe en la capacidad de ser amado por otros, que en el imaginario arquetípico infantil, son buenos y saben amar. "

Hace unos 4 meses atrás nuestro hijo nos preguntó: ¿Que "fififica" (significa) Amor?
La respuesta me surgió espontánea y le dije que era como un calorcito que se sentía cuando te hacen cariños, cuando te hacen dormir por la noche y abrazas a Mamá o Papá, cuando te dan muchos besos y abrazos y te sientes contento...
Ahora, cuando él quiere un abrazo, caricias, un beso, o que lo carguen en brazos, sólo pide: Mami/Papi: ¡Amooooor!
A pesar que hace un par de años que sabe expresar en los momentos adecuados frases como "te amo mucho Mami/Papi" o "tú eres buen@, lind@, etc.", cada vez que lo oigo decir esa pequeña palabra se diluye cualquier sensación de culpa por el tiempo que no estuve presente en sus primeros años, debido a las obligaciones laborales que en ese momento no pude eludir.
Creo que en esos momentos toda la teoría aterriza ante mis ojos y se materializa en esperanza de estar caminando por el camino correcto, a pesar de todos los obstáculos y dificultades.
Porque sé que cuando la pronuncia él sabe con certeza que va a recibir lo que pide y que si sabe pedirlo, es porque que ha aprendido a sentir y a entregar Amor.

Amanda Céspedes resume la aspiración y el deseo más profundo de la mayoría de las Madres y los Padres en este párrafo, escrito a continuación del anterior en el mismo libro citado. "La pregunta esencial es entonces ¿cuál es el sentido último de las vinculaciones humanas, especialmente durante los primeros años de vida? La respuesta es, a nuestro juicio, promover, mantener y fortalecer el más caro tesoro de la afectividad humana: la armonía emocional, porque ella es una fuerza generativa formidable, un motor de conquistas que lleva al ser humano a la experiencia de la felicidad."

Y yo agrego que la experiencia de la Felicidad se construye todos los días con esfuerzo, pero también aceptando con el espíritu abierto los regalos que la Vida nos ofrece y el aprendizaje que se recibe de la mano de es@s grandes-pequeñ@s Maestr@s llamados Niñ@s.


Notas: 

Pueden encontrar un muy buen resumen sobre el tema de Crianza con Apego, con explicaciones sobre las conductas de los niñ@s pequeñ@s dadas por el Pediatra español Carlos González, en el siguiente video: 
http://www.youtube.com/watch?v=y63Npo7GQoI&feature=youtu.be 

Y sobre la importancia del contacto piel con piel, en un extracto de entrevista al Dr. Nils Bergman, aquí: 
https://www.youtube.com/watch?v=KAIWqZIYSNM&feature=player_embedded#!